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Tratado sobre la agresividad canina de James O´Heare

Tratado sobre la agresividad canina

Vaya por delante que el balance general de esta obra es muy positivo. Un libro muy riguroso, amplio, de fácil lectura y muy bien estructurado (cosa rara en la literatura canina).

Excede en cuanto interés los contenidos que presupondría su título, porque en él encontramos una descripción detallada de las principales técnicas de corrección de conducta (aplicables a otras problemáticas), precedida de una explicación muy detallada y clara sobre los fundamentos del aprendizaje.

Sintético y claro en cuanto a la descripción de la agresividad, sus causas y sus distintas manifestaciones.

Veraz y tristemente realista en cuanto a las expectativas ante este problema, muy alejado del enfoque triunfalista de los mesías caninos (pocos de los cuales, si acaso alguno, deben de tener la experiencia de James O´Heare en el tratamiento de perros agresivos), que lejos de desanimar al educador o al propietario afectado, le obliga a abrir los ojos, desconfiar de los milagros y asumir que, si bien no existe siempre un final, si hay siempre un camino que debe ser andado para que cada vez sea más fácil y agradable recorrerlo con nuestro perro. Y aunque con alegría, siempre deberemos de recorrerlo con una sana prudencia.

“Igual que una persona alcohólica está toda su vida en proceso de recuperación, un perro agresivo será toda su vida un perro agresivo en recuperación” dice el autor. Una frase quizás demasiado categórica y generalista, puesto que como más adelante nos confirmará, distintos tipos y manifestaciones de agresividad van a tener pronósticos y posibilidades de recuperación muy diversas. Pero este tipo de afirmaciones lo confirma como un erudito valiente y preocupado sobre todo por la gestión emocional del propietario ante el problema, alejándolo de los tópicos y lugares comunes que podrían llevar al lector a conclusiones equivocadas y poco realistas.

Y sin embargo, no sobrando nada, echo de menos una parte fundamental como educador canino. En este sentido son dos las principales carencias de la obra:

  1. La mayoría de las estrategias descritas, para ser aplicadas con el rigor que las convertiría en eficaces, son propias de un entorno experimental, en el que el guía controle todas las variables del entorno en el cual se realiza el proceso de rehabilitación. La desensibilización sistemática por ejemplo, es díficilmente realizable para quien viviendo en un entorno urbano, no sabe con lo que se va a encontrar al doblar la esquina, o cuando va a sonar un claxon, o cómo van a reaccionar el resto de transeúntes. Efectivamente podremos hacer sesiones metódicas en un centro o con un profesional y equipo (figurantes y estímulos) adecuados. Pero fuera de las sesiones la vida sigue, y no siempre cómo a nuestro perro le vendría bien. Me hubiese gustado un análisis de este problema.
  2. La obra es rica en cuanto argumentos de diagnóstico, de prevención y de tratamiento (con los reparos citados), pero echo en falta pautas de actuación ante episodios concretos de agresividad. Episodios que siguiendo los consejos del autor no deberían de producirse en un programa de intervención, pero que desafortunadamente, ocurren, siendo muchas veces el origen de la percepción del problema por parte del dueño. Es decir, se nos dice cómo hacer para solucionar el problema (sin duda lo más importante), pero no se describe con suficiente detalle cómo reaccionar ante un episodio concreto.

Pero en general, una obra altamente recomendable.