Skip to content

guardianes-de-la-moralHace poco conocí a una chica triste. Acomplejada y avergonzada de sí misma por no haber conseguido hacer de su perro la estrella popular y juguetona del parque canino. Los otros propietarios del recinto tachaban a su perro de insociable y malo; y le afeaban su incapacidad para controlar a su mascota. Su autoestima estaba muy mermada y vivía con desazón lo que creía una relación frustrada con lo que le habían enseñado a considerar un perro problemático.

Cuando quedamos, no vi nada más que un perro. Un perro normal. Un perro con sus características. Uno más de tantos que no se ajustan al imaginario construido por la películas, anuncios y por el discurso banal de los que ejercen de buenos samaritanos del mundo canino, verdaderos talibanes de la ignorancia, inquisidores de una realidad que desconocen pero sobre la que aleccionan, creando tanta confusión como sus rudos enemigos, los alfamachos.

Que a tu perro no le guste el contacto con desconocidos, o estar en un espacio acotado en presencia de otros perros no implica que tengas un perro problemático. Podría serlo y es bueno que despejes dudas con un profesional. Pero la mayor predisposición de un perro adulto a interactuar y a jugar con sus congéneres viene determinada por una serie de características definidas por su acervo genético. Principalmente la neotenia, que es la presencia de rasgos infantiles en el individuo adulto. El medio ambiente (el criador, tú, la sociedad, la experiencia…) pueden contribuir a potenciar o disminuir esas características. Pero no se pueden eliminar o cambiar por otras. Esto, que no suscita dudas en el caso de los rasgos morfológicos, se ignora por parte de mucha gente en cuanto a los rasgos conductuales, dando lugar a los tópicos que bajo la bandera de un animalismo mal entendido consideran equiparables a todas las razas, haciendo recaer la responsabilidad de un comportamiento diferente a un estándar imaginario, en un propietario acusado de inepto.

Es posible que tengas un perro con un carácter más maduro, más desconfiado, más reactivo o incluso más combativo que aquellos que ves felizmente (o no) jugando en un parque. Quizás para tu perro la alternativa de ocio y actividad más segura y divertida no sea un recinto cerrado con otros perros mientras tú estás parada fumando un pitillo. Quizás tengas que ser la mejor amiga de tu perro (¿no se trataba de eso?). No significa que tenga un problema de conducta, ni que seas una incompetente, ni tiene porque conllevar una vida desgraciada. Quizás no sea el tipo de perro que esperabas o deseabas, pero tampoco tiene demasiado interés darle vueltas a eso ahora mismo. En el futuro quizás debas de sopesar mejor tus necesidades y los condicionantes que implica cada tipo de perro. Ahora disfruta de él como mejor os venga y respetando su naturaleza, que no es necesariamente la que describen los numerosos expertos que cada día acuden sin que nadie los llame.