¿Cuántas veces habéis escuchado esta frase en vuestra infancia/adolescencia?
Para l@s que ya tenemos algunos años era una de las frase relativamente habitual para zanjar las matriarcas o los patriarcas aquellas discusiones (aunque ellas solían ser las que zanjaban esas discusiones) en las que nunca llevábamos las de ganar…
Mi madre cuando se hartaba de que le diese la brasa con alguna cosa que no era viable ( según su punto de vista) soltaba esa frase y fin de la discusión, no había réplica posible. Es más, solía acabar con un !Y PUNTO! para que el mensaje quedara bien clarito.
Y esa frase solía llevar , implícita o explícita y dependiendo del momento, una orden. Y si no cumplías esa orden solía haber, implícito o explícito, un castigo pues la posibilidad del refuerzo positivo se iba agotando conformes se le iba acabando la paciencia..
¿Habrá alguien a quien esta frase le pareció justa alguna vez?
Queridas y Queridos: algo similar hacemos con nuestros perros
Al principio aceptamos el refuerzo positivo ( ya sean chuches, juguete o felicitaciones) como un medio para conseguir el fin ( que obedezca por decirlo de una manera simple), pero llega un momento que el “porque lo digo yo” aparece en nuestro pensamiento y en nuestro comportamiento.
Mi perro tiene que venir a la llamada porque lo digo yo; tiene que ir tranquilo paseando porque lo digo yo y tiene que callarse porque lo digo yo…
Lo que no tenemos en cuenta es que la humanidad tiene la posibilidad ( hablo de posibilidad porque hay quien no la utiliza) de racionalizar y la comunicación es con la misma especie, no con una especie diferente.
Nuestros bichos ni tienen la posibilidad de razonar y su comunicación es muy diferente a la humana.
Pensar otra cosa es darle conciencia humana a un animal y flaco favor les hacemos pensando que son humanos.
Nos quieren, nos aguantan, aprenden si les enseñamos y son felices haciéndonos felices.
Pero cuando no nos hacen felices porque no nos entienden no es su problema, es el nuestro.
PDTA: aprender a comunicarnos con nuestros perros, hacerlo de forma adecuada y recordando que lo estamos haciendo con otra especie ( por lo que debemos adaptar esa comunicación) es la base para una relación feliz con un vínculo fuerte.
Recordad siempre
Sed Felices
A culpa non é do can