El sentido del olfato es el más desarrollado en los perros, siendo hasta 10.00 veces más sensible que su sentido del gusto y mucho más agudo que su visión. Cuando se encuentran con un olor interesante para ellos toda su atención está puesta en obtener la máxima información posible.
Los perros tienen entre 200 y 300 millones de receptores olfativos, frente a los cinco millones que tenemos los humanos. Las personas inhalan una vez por segundo y medio mientras que los caninos de cinco a diez veces por segundo. La nariz del perro tiene dos conductos: uno para respirar y otro para oler; cuando un perro olfatea, el aire entra dentro de la cavidad nasal donde están los receptores olfativos. La superficie olfativa del perro puede medir 130 centímetros cuadrados o más, mientras que en el caso de los humanos esta superficie es de sólo ¡5cms cuadrados!
Olfato increible
Por estas razones el perro puede distinguir los componentes de un aroma complejo. Por ejemplo nosotros podemos reconocer el olor de una sopa pero, según los expertos, un perro puede detectar cada uno de los ingredientes con los que se preparó.
Es necesario entrenar al perro para que puedan ayudarnos a encontrar un olor (así funcionan los perros de búsqueda de personas, de búsqueda de drogas o de enfermedades entre otros), y son sus características las que hacen posible ese aprendizaje.
La detección deportiva es, como su nombre indica, un deporte canino de olfato apto para todos los perros. Consiste en buscar, encontrar y marcar el foco exacto de la sustancia a localizar.
Las sustancias a localizar son esencias aromáticas totalmente ecológicas e inofensivas.
Realizar actividades de olfato es natural para nuestros perros, además el olfato está directamente relacionado con la gestión emocional. Practicar este deporte es, para el perro, una de las mejores formas de relajarse y a la vez estimular su mente. Es una forma de jugar y crear/fortalecer nuestra relación.
El papel del guía es fundamental, si no hay una motivación no hay una activación. Empezaremos por asociar las sustancias de una forma divertida, jugando a encontrar.
No hay edad para iniciarse en la detección ni edad para dejar de hacerlo; la edad no es un impedimento y la raza tampoco.
Trabajaremos con diferentes tipos de reforzadores dependiendo de lo que queramos conseguir en cada reto.
Se deberá trabajar un tipo de marcaje estático para que el perro nos indique que ha encontrado la sustancia y así nosotros poder confirmarlo (en competición se hace levantando un brazo hasta que el juez nos dé una orden en la que podremos liberar al perro de la focalización).
Tu perro desarrollará sus capacidades cognitivas, potenciará su olfato, mejorará su concentración y autocontrol mientras fortalecéis vuestro vínculo de una forma divertida.
Mejora las capacidades de aprendizajes, entrenamos su cerebro para resolver diferentes situaciones.
Aumenta el autocontrol, gestión del estrés y frustración.
Mejora la relación
Beneficios físicos: según demuestran varios estudios 15 minutos de búsqueda equivalen a una hora de marcha continua.
Un perro con trabajo es un perro feliz y si este trabajo es a favor de sus instintos conseguimos saciar sus necesidades como especie y que ellos se sientan realizados.