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Cómo acabar con el adiestrador

Como acabar con el adiestradorSi acudes a un educador canino o a un adiestrador, y quieres hacerle daño porque no te gusta, no te cae bien, es chulesco, te clava un pastón por un programa fijo independientemente de lo que tenga tu perro, o simplemente porque eres un sádico, aquí te ofrecemos unos pequeños consejos para atacarle dónde más le duele sin incurrir en ningún delito. 

El ataque debe ser progresivo, de lo contrario no lograrás el lento colapso nervioso de tu enemigo.

1ª Fase: Acoso.

  • Acude al campo de trabajo y/o las clases en chanclas, preferentemente de las que sólo se enganchan en el dedo gordo del pie. Procura que al caminar hagan el característico ruido veraniego y muévete con torpeza, dejando claro que estás más pendiente de cómo caminas tú que de lo que hace tu perro.
  • Háblale a tu perro como si fuera un individuo muy, muy, muy tonto y que despertara en ti la más ferviente de las caridades cristianas: muy despacioooooo, alargandoooooo las voooocaaaleees, repitiendo las palabras, las palabras y utilizando formas variadas, cursis y diminutivos para decir lo mismoooo, lo idénticoooo, lo mismiiiitoooo.
  • Acude con los premios de comida dentro de una bolsa plástica, en el interior de un tapper, que a su vez estará dentro de un bolso o en su defecto, de una enorme riñonera. Cada vez que te toque premiarlo, abre la cremallera, saca el tapper, abre el tapper, saca la bolsa, abre la bolsa, saca el premio, cierra la bolsa, métela en el tapper, cierra el tapper, mételo en el bolso, cierra el bolso.
  • Premia a tu perro, después del proceso anterior, cuando ya esté mirando para Cuenca o haciendo otra cosa distinta a la que estabas trabajando.
  • Acude a clase con un mordedor gigante, a ser posible con un asa de plástico y con una enorme pelota al final. Debes de llevarlo siempre en la mano porque será tan grande que su eventual ocultación será imposible.

2ª Fase: Derribo

  • Cada vez que premies, procura que se te caigan en el suelo una cantidad generosa de premios, y regodéate y disfruta del caos causado en la clase.
  • Cuando termine la clase, coge todos los premios que te queden y dáselos, mientras explicas que es una pena tirarlos.
  • Persigue a tu perro por todo el recinto para darle los premios, y si puedes agarralo por el cuello y embútele los premios aunque tu perro no muestre interés en los mismos.
  • Usa una correa flexi que favorezca los intentos de alejarse de tu perro para terminar con un sonoro tirón y bloqueo.
  • Si es el caso, lleva el clicker atado a tu muñeca, teniendo que cogerlo con la otra mano para hacerlo clicar y empleando un generos tiempo en apuntar con él hacia el perro como si fuera el mando de la tele.
  • Dile al adiestrador que tu perro entiende todo, todo, todito, pero que no quiere hacer las cosas.

3ª Fase: Tormento

  • Fuma mientras trabajas con tu perro, y siembra el campo de colillas.
  • Cuando el adiestrador esté explicando algo a tí y otros alumnos, mantén una conversación distendida con el resto de la clase sobre moda, tendencias o fútbol.
  • Haz preguntas variadas sobre temas inoportunos mientras el adiestrador está concentrado trabajando con otro perro.
  • Cuando toque premiarlo con el mordedor, restriégaselo a tu perro por sus ojos, y trufa, como si quisieras desempolvarlo.
  • Cuando toque premiar a tu perro, dale siempre unas collejitas en la cabeza, bien sonoras, procurando que tu perro cierre los ojos y quiera alejarse de tí.
  • Clica siempre a destiempo, y hazlo siempre por partida doble o triple.
  • Dile a tu perro 17 órdenes distintas, a ser posible sin ninguna relación con lo que habéis trabajado en clase. Repítelas siempre varias veces. Pronto verás que tanto el perro como el adiestrador comienzan a mirar al suelo, a rascarse, lamerse el belfo o morderse el labio, señal inequívoca de que estás machacando sus nervios.
  • Dile al adiestrador que en la tele no lo hacen así.

4ª Fase: Tiro de gracia

  • Cuando toque la llamada, dile a tu perro: “¡Ven con mámaaaaaá/papaaaá”.

Huye y abandona al adiestrador mientras agoniza entre entre espasmos y convulsiones nerviosas.